viernes, 11 de febrero de 2011

Tráfico de anabolizantes


Anadrol, Winstrol, Primobolan, Hidroepitosterona, Proviron, EPO. Se trata de anabolizantes disponibles para  un público cada vez más numeroso y que conforman un negocio que mueve más de 20.000 millones de dólares al año. Los principales puntos de venta son gimnasios, páginas webs e incluso farmacias, mientras que los consumidores son, en su mayoría, deportistas dedicados al mundo del culturismo, del ciclismo y del atletismo.

El mercado mundial de sustancias dopantes supera ya en volumen al de drogas en su conjunto (marihuana, cocaína y heroína), según Interpol. El presidente de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), Richard Pound, afirma que “el dopaje ya no es más un asunto meramente deportivo, sino que se ha convertido en un asunto de salud pública”.

El tráfico de anabolizantes, desviados de su uso terapéutico, crece a pasos agigantados en el mundo. Se calculan que hasta 31 millones de personas lo hacen de forma habitual, la mayoría menores de 20 años. Dentro de estos, los deportistas dedicados al culturismo son los que más consumen este tipo de sustancias. En lo que respecta a Europa, según un informe de la Comisión Europea, un 6% de los usuarios de gimnasios se dopan.

Las redes de tráfico de anabolizantes son numerosas y, aunque se están haciendo grandes avances en la lucha contra estas prácticas, muchas se escapan del control de las fuerzas policiales. En Valencia (España), la Guardia Civil ha desarticulado un grupo que dispensaba sustancias legales de forma irregular. El negocio ascendía a 600.000 euros. En total, se dispensaron más de 24.000 cajas de anabolizantes y de hormonas del crecimiento (el 87% de las vendidas en la ciudad). En el registro se incautaron cerca de 4.000 recetas, un millar de unidades de hormona del crecimiento falsa, procedente de China, y 20.000 dosis de anabolizantes. Los acusados están en libertad sin fianza.

El principal problema para acabar con este negocio es detectar los que manejan este negocio y los puntos de venta. En muchos casos son sustancias legales vendidas en farmacias para uso terapéutico. Por tanto, su distribución es muy sencilla. Tan solo requiere la firma de la receta médica por un médico colegiado para poder dispensarla. Este es el punto de partida del negocio de los anabolizantes. Además, otro aspecto que se debería analizar son las penas impuestas a los traficantes de anabolizantes. En la actualizad son mucho menores que las relativas a otro tipo de sustancias prohibidas. Hasta cuatro veces, según los expertos. Esto supone un aliciente para los traficantes.

El negocio de los anabolizantes no solo se limita al relacionado con el culturismo, sino que se expande hacia otras modalidades deportivas. Si en 2006 la “Operación Puerto” supuso la mayor trama de dopaje descubierta en España que afectaba al mundo del ciclismo, a finales del 2010 se descubrió otra que afectaba al mundo del atletismo. En ambas están implicados varios deportistas de primer nivel mundial. Tienen numerosas conexiones internacionales, por lo que son muchos los países implicados. Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el deporte en España, defiende la lucha contra el dopaje y asegura que “aquí no se tapa absolutamente nada y no se quiere ningún triunfo manchado, aunque animo a los deportistas a expresar su opinión sobre las políticas antidopaje“. Lissavetzky también desveló también que desde la entrada en vigor de la ley antidopaje de 2006 se ha producido una disminución del 35% de casos positivos en España y de dos meses y medio en la tramitación de los expedientes sancionadores.

Cada vez más, se está configurando un sentimiento general de rechazo a los anabolizantes y a todos los tipos de sustancias dopantes. Algo, por otra parte, que debería ser lógico, pues supone una falta de ética en los deportistas de alto nivel y unos riesgos muy altos para la salud de quien los toma. La educación, en este aspecto, puede ser una gran aliada para su erradicación.

Javier Perellón Sabiote 
(Centro de Colaboraciones Solidarias)