La situación de Haití es crítica. Ya son más de 1.600 los fallecidos por la epidemia de cólera que asola al país desde mediados de octubre. La velocidad a la que se propaga es superior a lo esperado por lo que las autoridades y organizaciones se encuentran desbordadas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que en seis meses pueden producirse más de 200.000 nuevos casos, de los que el 20% podrían ser graves.
Haití sufre una de las mayores epidemias de cólera del último siglo. Las causas se desconocen con certeza pero es un hecho que las condiciones del país son caldo de cultivo para la aparición de la enfermedad: la ausencia de redes de saneamiento del agua, el hacinamiento de personas o las deficientes condiciones sanitarias de la población. Todas estas, unidas a la escasez de alimentos, han propiciado el devastador panorama actual. Nigel Fisher, coordinador de la ONU para la ayuda humanitaria en el país, calcula que hay cerca de 70.000 enfermos de cólera y afirma que, según los expertos médicos, “esta epidemia de cólera continuará durante meses y quizás un año por lo menos”.
La epidemia continúa su propagación a ritmos acelerados. La escasa inmunidad de la población a esta enfermedad, al tratarse del primer brote en el país, provoca su rápida proliferación pues, como asegura Gregory Hartl, portavoz de la Organización Mundial de la Salud, “la población es más susceptible a los síntomas”. En este sentido, los países desarrollados deberían contribuir a la fabricación a gran escala de una vacuna que estabilice lo antes posible la evolución de la epidemia. Expertos en la materia aseguran que el costo de crear millones de dosis contra el cólera sería bajo y los resultados serían enormes.
Las organizaciones presentes no dan abasto y se ven desbordadas. Reclaman mayor colaboración internacional. La ONU informa sobre la necesidad de 1.000 enfermeros y, al menos, 100 médicos para poder hacer frente al elevado número de afectados. “Tenemos que controlar el brote y reducir el porcentaje de personas que fallecen de forma urgente”, declara Valerie Amos, secretaria general adjunta de la ONU en asuntos humanitarios. Por este motivo, la ONU solicita 164 millones de dólares para combatir la enfermedad y, sobre todo, gente que colabore en la sensibilización y distribución de la información. De momento, el Banco Mundial (BM) ha anunciado la donación de 10 millones de dólares para facilitar el acceso a los servicios de salud.
Existe la idea generalizada entre la población de que fueron los soldados nepalíes quienes introdujeron la enfermedad en el país, lo que ha provocado enfrentamientos entre manifestantes y soldados de las Naciones Unidas en los que han muerto ya dos personas y otras cuantas han acabado heridas. Los ánimos están a flor de piel y muchos afirman que los enfrentamientos van a continuar. Dana Van Alphen, asesora regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), asegura que "los episodios de violencia se han extendido a otros lugares del país y van aumentar”.
Haití se encuentra en una situación desesperada. La comunidad internacional debe incrementar la cooperación y crear medidas eficaces que combatan estos males y les ofrezcan un futuro digno y esperanzador. No se pueden cometer los errores del pasado; se ha de aunar esfuerzos para ayudar a una población maltratada y abandonada hasta la saciedad y para prevenir que situaciones como esta se vuelvan a repetir en el futuro.
Javier Perellón Sabiote
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