lunes, 8 de noviembre de 2010

El futuro del periodismo es nuestro


Hoy me he levantado con ganas y buen humor, dejando a un lado la resaca de tres pares de narices que me acompañaba (y que aún lo hace de algún modo). He ido al banco a solucionar uno de esos problemas que a todos nos pasa alguna vez en la vida: una factura devuelta no sé por qué dichoso motivo. Y claro, tras preguntarle a la cajera por la causa no me ha sabido contestar y me ha mandado a otra oficina. Bueno, los bancos son así, no podemos tomarlos en serio ni irritarnos con ellos. Así no vamos a llegar a nada.
Pero lo que realmente me ha puesto de buen humor ha sido encontrar por casualidad (bendita casualidad) un curso/jornadas de Reportero de guerra que se va a celebrar en nuestra Facultad de Ciencias de la Información la próxima semana (los días 10, 11 y 12 de noviembre). Y, para más inri, es gratis. Doble motivo de alegría. Pues bien, al llegar a la sede de la Fundación Complutense en C/Donoso Cortés, sin más que un “buenas” y una simple mirada para estudiar a quien me iba a dirigir, la encargada me pregunta “¿has venido a matricularte al curso, no?” A lo que respondo “sí, he venido a matricularme a un curso que se va a hacer en mi facultad”. Aún sin detallarle el curso en el que me quería matricular ni la facultad en la que estudiaba me ha dicho “sois muchos los que habéis venido a matricularos”. No sé, pero me ha dado buenas vibraciones.
Todo esto lo cuento para hablar un poco del Periodismo actual. Los que nos dedicamos a esta profesión sabemos que la situación por la que atraviesa no es la más idónea, pero ¿acaso algo lo es en esta vida? Decimos cosas como “el Periodismo está en crisis”, “no hay trabajo”, “ya no hay buenos periodistas como los de antes”,… Y más cosas por el estilo. Pero algo me ha hecho ver que nada de esto es cierto, que son simples escusas de gente sin habilidades, sin ganas de trabajar y sin amor por esta profesión. Porque ser periodista no es como trabajar en el campo o en una fábrica, trabajos que a nadie le gustan y que se realizan por el simple hecho de salir hacia adelante, es mucho más que esto. Es una forma de ver la vida y de saber contarla; es la sensibilidad para percibir las cosas, anticiparse a los hechos y ofrecer las soluciones que nuestros dirigentes no nos dan. ¿Cuántos periodistas estaríamos dispuestos a dedicarnos al periodismo de guerra? Yo creo que muchos. Y esto dice mucho más de lo que a simple vista pueda parecer. Una persona no se inmiscuye en un conflicto bélico, aun poniendo en peligro su vida, por otro motivo que por hacer llegar la verdad, por abrir los ojos al mundo. ¡Y esto es muy bueno! El futuro somos nosotros, y nosotros somos jóvenes con ganas de comernos el mundo, de ayudar a cambiar las cosas. Lo único que nos hace falta es un aliciente, un empujón para lanzarnos a por ello. Porque, a veces, las cosas nos pasan por delante y no las sabemos ver. ¡Cuántas oportunidades perdidas! Pues bien, ni una más. Pongamos un punto de inflexión y concienciémonos de nuestra misión y por la que tanto estamos luchando: por hacer llegar la verdad, desde donde sea y hacia donde sea; porque nadie nos engañe y utilice nunca más; porque seamos ciudadanos libres y nuestra libertad nos permita elegir un mundo mejor. Esta es nuestra misión y debemos alcanzarla.
Javier Perellón Sabiote

2 comentarios:

  1. Javier, perdona que no hubiera pasado antes por tu blog, pero hasta ahora no había leído tu comentario.

    Tienes razón en lo que dices. Ese afán de verdad es el que distingue a los verdaderos periodistas de los manipuladores. Porque quien adapta la realidad a conveniencias ideológicas, comerciales u otras cualesquiera, no es sino un manipulador.

    Aférrate con fuerza a esos ideales, Javier, el mundo necesita gente como tú.

    ResponderEliminar
  2. Javier... me encanta tu blog. No sé cómo no habìa entrado. He visto algunas cosas muy pulicables en el CCS.
    Seguiré navegando por aquí. Ya decía yo... (Y no es por tomates) Ya vos sabés.

    ResponderEliminar