viernes, 30 de octubre de 2009

CUANDO LA MIRADA HABLA


Dicen que una mirada dice mas que mil palabras. Eso le sucede a Adriana Ugarte, que cuando mira, lo dice todo. No necesita ni hablar pero, cuando lo hace, deja sin habla. La actriz madrileña esta pasando por un espléndido momento profesional y quiere hacerlo notar.

La protagonista de "La Señora", serie que está batiendo récords en audiencias, protagoniza "Castillos de cartón". Un film dirigido por Salvador García Ruiz que relata el triángulo amoroso de tres estudiantes de bellas artes que compartirán su pasión por la pintura y algo más. Una historia de amor que durará hasta que su adolescencia finalice y deban enfrentarse al mundo real.

La carrera profesional de Adriana Ugarte ha sido intrépida desde que apareciera en 2001 en el corto de Belén Macías "Mala espina". Por este trabajo recibió numerosos premios y, lo mas importante, el respeto y admiración de un público entregado incondicionalmente.

Es una actriz muy carismática que garatiza un trabajo interpretativo excelente. Lo pone al servicio del espectador para que este lo acapare sin descanso. Escenas complicadas nunca han sido una traba a la hora de actuar, sino todo lo contrario, una fuente de motivación donde resaltar todas sus virtudes que, por cierto, son muchas.

Si algo caracteriza a la actriz es su naturalidad interpretativa, su transmisión de emociones y de estados de ánimo, su adaptación a un papel que, al final, siempre le queda pequeño. Sus ojos hablan por si solos, su mirada te condena y desengaña. Si te habla, no la escuchas, simplemente te dedicas a mirarla.

En los últimos días ha aparecido la noticia, confirmada oficialmente, de que abandona la serie "La Señora". Las razones que ofrece la actriz son que se queda "con nuevos proyectos". Una pena para los seguidores de la serie pero un motivo de alegria para el cine en general, que va a poder contar con ella al 100%.

A pesar de esto, va paso a paso y no se pone metas en la vida. Quiere disfrutar del momento. Su momento. Y nadie puede decirle que no.

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