domingo, 22 de noviembre de 2009

CATALUÑA EXPORTA PECES CONTAMINADOS


La Generalitat ha autorizado la exportación de siluros a Rumanía. Estos peces son capturados en el curso bajo del Ebro y contienen niveles de mercurio muy elevados, por lo que su consumo es nocivo al poder afectar al sistema nervioso.

La empresa encargada de las capturas, Mondo Ivans, fue contratada por la Generalitat para llevar a cabo la labor entre los meses de octubre y diciembre. Después de este periodo, y tras invertir 32.000 € en el plan piloto, tendrá plena libertad para comercializarlas como estime oportuno. Valentín Evanov, hermano del dueño de la empresa y encargado de capturar los siluros, afirmó que, cuando reúnan cinco toneladas, los enviarán a Rumanía. “Su consumo será para fabricar harina y para comer puesto que allí es un pescado muy apreciado”, asegura.

Según el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), siete de cada diez siluros del tramo bajo del Ebro contienen “niveles pesados de mercurio y otros metales pesados y compuestos organoclorados”. Por esto, alerta de su toxicidad para fabricar cualquier tipo de producto alimentario, incluida la harina.

Un estudio encargado recientemente por el Ministerio de Medio Ambiente afirma que la mitad de los ejemplares analizados supera los niveles de mercurio recomendables para la salud y un 20% rebasa la permitida en la normativa española.

El origen de los índices de mercurio está en los lodos contaminados que yacen en el embalse de Flix (Tarragona). Estos lodos se han formado por el continuo vertido de residuos tóxicos y radiactivos de la planta electroquímica de ERCROS. Algunos de los principales contaminantes encontrados son radionucleicos, metales pesados y compuestos organoclorados. Todos tienen en común que pueden producir cáncer, radioactividad, problemas respiratorios y afectaciones del sistema nervioso.

El debate esta servido y solo el tiempo dirá. Los próximos meses serán determinantes para ver el uso que se le da a estos peces y, en consecuencia, las medidas adoptadas por las instituciones pertinentes. Lo que parece claro es que el desenlace no va a satisfacer a todos los implicados. Si el gobierno catalán no cede en su idea de exportar este pescado a Rumanía tendrá que hacer frente a los posibles daños en la salud de quienes lo consuman y a las acusaciones recibidas del Ministerio de Medio Ambiente y del CSIC. En cambio, si da marcha atrás e impide estas exportaciones, la afectada será Mondo Ivans, empresa que difícilmente podrá recuperar la suma invertida. Una decisión difícil por la politización que conlleva pero en la que debe primar la salud de las personas por encima de todo.

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